Durante casi siete décadas, nuestra obra social ha marcado una huella profunda en Lima y en diferentes partes del país.
De generación en generación, construimos esperanza en Lima y en todo el país, sembrando fe y esperanza.
Durante casi siete décadas, nuestra obra social ha marcado una huella profunda en Lima y en diferentes partes del país, sirviendo con amor y dedicación a las poblaciones más vulnerables. Miles de personas han recibido atención, cuidado y acompañamiento en la misma casa que vio nacer a San Martín de Porres, quien vivió aquí sus primeros cinco años y nos dejó el legado de servir sin distinción a quienes más lo necesitan.
Inspirados en su ejemplo, hemos construido un camino de esperanza, brindando ayuda gratuita a adultos mayores, niños y familias en situación de extrema pobreza. En distritos como Cercado de Lima, Rímac, Barrios Altos, San Martín de Porres, San Juan de Lurigancho, entre otros, desarrollamos programas sociales que transforman vidas día a día.
Nuestro Comedor de Adultos Mayores atendía, antes de la pandemia, a más de 150 beneficiarios; actualmente seguimos acompañando a 115 adultos mayores con alimentos y cuidado integral. En cuanto a casos sociales, en 2024 llegamos a ayudar a 810 personas y, en lo que va del 2025, ya hemos atendido a 520 beneficiarios.
Pero nuestro verdadero impacto no se mide solo en cifras:
Se refleja en el brillo en los ojos de un anciano que se siente en casa, en la sonrisa agradecida de una madre que recupera la esperanza, o en la paz que encuentra quien llega desesperado en busca de ayuda. Cada gesto de agradecimiento es para nosotros un recordatorio del amor de Dios y de la intercesión de San Martín de Porres.
Ayudanos a que más ancianos y niños tengan una luz de esperanza
